18 septiembre, 2013

Masasi Tunduru, ciudad de piedras preciosas.




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Visitando la casa de Zainabu, del colegio de Mangaka.
El viaje de Masasi a Tunduru, fue de los más duro que he hecho. Desde el pueblo de Mangaka (donde visité la casa de Zainabu) ya no hay carretera, se transforma en camino de tierra, 380km hasta Songea. La media de velocidad pasa de 18-20 km por hora a 12-15 km por hora. Es decir que tras 2 horas en vez de recorrer 40km, me llevé la mala sorpresa de que solo había recorrido 24, un desastre para mi organización, lo que me obligó a bicicletear 2 horas más de lo previsto, pillando las peores horas para hacerlo, de 1 a 3 de la tarde.

A parte de quedarme con ese hormigueo rico, de haber hecho un buen esfuerzo, en las piernas los días siguientes a ir por el camino de tierra, destrocé
la bici. Tanta tierra y polvo no puede ser bueno. Por suerte los vehículos que pasan por este camino son muy pocos, pero aun así me tenía que parar a ponerme el niki en la nariz para evitar tragarme el gran polvo que levantaban. Una pesadilla de ruta si tu bici no es muy buena, como la mía. Terminé con un radio roto, la rueda bailando, un gran ruido en el buje de los pedales, y la cadena y cambios con varios milímetros de mierda entre aceite y polvo. Tuve que limpiarlo más tarde en Songea con gasolina y un buen cepillo, pero aún así el ruido del buje sigue ahí, ya veremos hasta donde aguanta.

En Tunduru pensaba coger un bus para ir a Songea, por una parte no podía continuar con la bici en el estado en el que estaba, y por otro lado, si la reparaba en Tunduru, y continuaba por los caminos de tierra, terminaría rompiendo de nuevo la bici. Los 160 km en dos días que hice desde Mangaka a Tunduru fueron suficientes para la llipsi bici. La diferencia entre una buena bici con un cuadro de 1000 euros, o una bici entera por 150 euros, es esa, que tienes que ir con más cuidado, dando más mantenimiento más frecuentemente, y teniendo en cuenta que las paradas para arreglar problemas serán algo habitual. Pero sinceramente, pensaba que esta bici no llagaba a más de 200 km, y hasta Tunduru serán unos 800km desde Dar es Salaam. Estoy orgulloso de mi llipsi bici :)
Aun 92 km de camino de cabras.

700km desde Dar, mas 100km a Tunduru, unos 800km en total en 3 semanas.

Tunduru es una ciudad que da acceso a Mozambique, y está llena de tiendas que compran piedras preciosas para venderlas en Sri Lanka. Resulta que la zona tiene muchas minas con estas gemas, importante dentro de Africa, y si quieres hacer un buen negocio lo mejor es vendérselas a esta gente que no tengo muy claro si son de Tanzania o de Sri Lanka. Lo que está claro que visten con las ropas típicas de Sri Lanka.

En Tunduru visité el colegio y a 3 de sus alumnos, quedé con el director en llamarle por la tarde para visitar la casa de una de las alumnas, pero primero tenía el móvil apagado, y luego no me cogía las llamadas ni me las devolvió. Imagino que es un poco el estilo Tanzano, y me habían advertido en Dar, de que si algo no les interesa no suelen hacer ni caso. Una suerte que no me lo tome personalmente, jeje, aquí es todo hakuna shida (no problemo).

Vecinos de Tunduru.

Típico mercado con pescado seco en Tunduru.

Daisuke hablando con los locales.


Al día siguiente pensaba ir a Songea, esperé 4 horas a que llegara el bus, entre excusas de "ya viene", "un poco más tarde", "se está retrasando", "en una hora viene", "se ha estropeado, en dos horas viene". Cuando ya mi cerebro entro en fase plana, sin pensar en nada más que en conservar el buen karma, o dicho de otra forma, intentando no pillarme un cabreo de la leche, justo en ese momento llego un asiático. Sería japones???, bingo¡¡¡¡ era Japones, y conocía a Ken y Yama. Si lo dicho, el mundo es un pañuelo. Era Daisuke, un tío fantástico de Newara, viajando por la zona, Tunduru, Songea, Iringa, Dodoma, Dar, en su semana de vacaciones. Y casualidad, paro en Tunduru, fue a la estación de bus justo cuando estaba yo allí esperando.
Más vecinos que se acercaron a saludar.

Lo dicho, los argentinos dominaran el mundo en breve.


Los buses en Tanzania, en ocasiones se cogen sin asiento, y si no tienes te quedas 6 u 8 horas de pie. Este era el caso del bus a Songea, así que decidí cambiar el bus que nunca aparecía, por uno al día siguiente, y en el último asiento libre que quedaba, al lado de Daisuke. Suerte¡¡. Esa tarde la pasamos andando, hablando con la gente ya que mi compi habla Swahiri, y me di cuenta de que Tanzania no es tan aburrida, que si hablas el idioma no te aburres, y la gente te sonríe más. Se me quitó un poco el miedo a que me gritaran por hacer fotos, incluso en los mercados, viendo como Daisuke hacía fotos sin problemas.






1 comentario:

  1. Vale que mi bici es un poco mejor.... pero yo la apaño con un manguerazo de agua (a presión sólo si es posible) y un poco de aceite, escatimándolo para que no se pegue mucha mierda, sólo si sigue crujiendo por algún lado... un poco más de aceite.

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